DESDE EL GERENTE QUE PASA PEGADO A SU COMPUTADOR, HASTA SU SECRETARIA.
¿No soporta el dolor de cuello, de los brazos y hasta de las manos? ¿La silla es incómoda y siente que no hay tiempo para hacer un alto?

Quejas como éstas suman miles o millones de lunes a viernes, en los turnos de fines de semana, y desde la mañana hasta la noche. Pero esto tiene solución.
La llamada civilización nos ha ido «encadenando» cada vez más a las sillas. Incluso muchas labores agrícolas se realizan desde el asiento de una máquina. Claro, requieren menos esfuerzo. Pero en términos de salud los resultados no son tan buenos. Y peor aún en el caso de las tareas de oficina, que cada vez abarcan más actividades.
¡Pobre esqueleto, pobres músculos! ¡Pobre circulación sanguínea!
¿Por qué es tan dañino estar sentado tanto tiempo?
Por varias razones; la circulación sanguínea, especialmente en las piernas, hacia donde debe ir y retornar, no cumple su tarea con la misma eficacia si no hay movimiento que la ayude. Por otra parte, la columna vertebral, que debería mantenerse derecha, recta, a menudo es maltratada con la pésima costumbre de inclinarse hacia el escritorio y, sobre todo, hacia el teclado del computador. Esto, sumado al estrés, que va poniendo tensos los músculos, termina por hacer presión sobre las vértebras, ocasionando molestias en el mejor de los casos, o causando desplazamientos de esos delicados huesos que, junto a los nervios, componen un intrincado mecanismo.
Ya llegó el dolor de espalda. Y si a ello se suma el hecho de que la pantalla del computador no está frente al usuario, sino a un costado, el cuello sufrirá las consecuencias. Más aún: los brazos, a menudo sin apoyo, deben realizar un esfuerzo adicional, del que rara vez somos conscientes, para darles a las manos la fuerza para apretar las teclas.
Funciones alteradas de columna, cuello, y extremidades superiores de los trabajadores de silla. Y en este ámbito, la democracia impera en forma notable, porque no hay mayores diferencias entre un gerente que pasa pegado a su computador, y su secretaria, que hace lo mismo, o el digitador que traspasa datos durante toda la jornada.
Las «enfermedades de oficina» no son tan absolutas. Mientras a uno le duele la espalda, el otro se queja del dolor de brazos y el de más allá acaba de anunciar que tiene tendinitis. La biología propia influye en la susceptibilidad hacia una molestia determinada. Y en esto influye mucho el estrés y la correcta o incorrecta postura del cuerpo.
¿Qué hacer?
Una rama de la Salud Ocupacional, cuyo objetivo es corregir y diseñar objetos y ambientes ocupados por personas, para que sean más seguros, cómodos y eficientes». En síntesis, se busca la adaptación mutua entre las personas y su trabajo.
Y como los trabajos pueden ser muy variados, porque no es lo mismo una mina de cobre que una agencia de publicidad, se ha desarrollado, como una subdisciplina, la Ergonomía de Oficinas.
Ambientes gratos
Pero, ¡atención! Son muchos los factores que intervienen para provocar estas molestias. Por una parte, están los ruidos, que incomodan a los más sensibles, o a los que se quieren concentrar mejor; la temperatura, demasiado alta o demasiado baja; la iluminación, muy potente, o definitivamente escasa; los brillos y reflejos sobre la pantalla del computador; la calidad del aire, que a menudo es reciclado y se percibe como poco limpio... y la percepción que tiene el mismo trabajador sobre su entorno.
Esa percepción de «grato» o «desagradable» no elimina los elementos objetivos, las horas de permanencia frente al computador han aumentado durante los últimos diez años, Bueno, con esos datos, muchas normas ISO, que buscan mejorar la productividad protegiendo a los seres humanos, están siendo aplicadas por diversas empresas.
El autocuidado ayuda
- Uno puede saber que es «malo» inclinarse sobre el computador, pero de repente el dolor le avisa que hace rato que está con los hombros encogidos, y la cabeza casi pegada a las teclas.
- Hay que mantener la espalda recta, pegada al respaldo de la silla (ojalá ésta tenga un cojín lumbar incorporado, vale decir, un diseño ergonómico).
- Otro consejo básico es poner la pantalla del computador frente al rostro, para evitar torcer el cuello (lo que va a provocar dolor a corto o mediano plazo). La línea horizontal de visión debería coincidir con la parte superior de la pantalla, dicen los expertos.
- Los pies deberían estar bien apoyados en el suelo, para mejorar el retorno venoso. Ideal sería ponerlos en posición de descanso, lo más extendidos posibles. Por eso los escritorios deberían tener abajo suficiente espacio, y si hay un apoya-pies, mejor aún.
- Como la gente normalmente es diestra, se recarga el lado derecho, sin darse cuenta. Para equilibrar, se sugiere utilizar el mouse con la mano izquierda. En tres semanas se adquiere la costumbre.
- Ponga los documentos en un atril, para evitar problemas cervicales. Los apoya-muñecas no garantizan nada, pero son cómodos.
- Haga pausas de vez en cuando para elongar la espalda. Los expertos hablan de «micro pausas compensatorias», de pocos segundos, en cuanto se sienta alguna molestia, por pequeña que sea. Eso es mejor que esperar “el gran dolor” para interrumpir la tarea.
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